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Científicos de México y Estados Unidos reanudarán un proyecto para descubrir qué hay debajo de la subestructura del Castillo de Kukulcán, ubicado en la zona arqueológica de Chichén Itzá, gracias a la llegada al país de la tecnología de detector de muones que permitirá “ver” el corazón de la estructura.
“El detector o trazador de muones que se construyó en Estados Unidos está en México, ya lo armamos, probamos, hicimos adaptaciones y pronto realizaremos una prueba final”, ha detallado Arturo Alejandro Menchaca Rocha, investigador del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El detector, que es un dispositivo diseñado para identificar y medir la trayectoria de los muones, partículas subatómicas similares a los electrones, sacará una imagen del patrón de densidad interno de la subestructura, similar a una radiografía.
El objetivo del proyecto internacional que lidera Edmundo García Solís de la Chicago State University y que comenzó hace más de dos años en Yucatán, “es la aplicación de la física a la arqueología”.
De acuerdo con el experto, un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sospecha que debajo de la subestructura, descubierta en 1931, hay otra pirámide más chica.
“Creen que el Castillo de Kukulcán es como una muñeca rusa que adentro tienen otras dos más pequeñas y vamos a descubrirlo”, precisa.
Otros arqueólogos consideran que en el interior de la segunda subestructura podrían encontrar la tumba de Kukulcán-Quetzalcóatl.
Sobre el detector, que trasladarán a la zona arqueológica de Chichén Itzá en agosto próximo, informa que en breve realizarán una prueba final “en una de las torres sin ventanas que hay en el Instituto de Física de la UNAM, en cuyo interior tiene un acelerador”.
En 1931, en la primera subestructura, los arqueólogos hallaron una enorme caja de piedra labrada con ofrendas en su interior, un trono en forma de jaguar con ojos de jade y un Chaacmol.
“Antes hubo un trabajo del Instituto de Ingeniería de la UNAM, fue hace muchos años con una técnica que no da imágenes y se concluyó que debajo de la subestructura sí hay algo, pero ahora con nuestro detector de muones que es como una cámara vamos a ver el interior del Castillo de Kukulcán”, asevera.
Menchaca Rocha comenta que, en agosto próximo, tras la instalación y puesta en marcha del detector, se espera tener resultados al menos seis meses después.
Aunque no sabe precisar el número de físicos de México y Estados Unidos que trabajarán en agosto próximo en la zona arqueológica de Chichén Itzá, revela: “Llegará gente joven para ayudarnos”.
La instalación del detector de muones comenzará a partir del 12 de agosto y para no afectar al turismo trabajarán antes de que el sitio se abra al público y después del horario de visita.
jl/I