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Caifanes hace vibrar Guadalajara con una noche de nostalgia, energía y conexión

(Foto: Miguel Ángel Vidal)

El Foro Principal de las Fiestas de Octubre se llenó hasta el tope para recibir a Caifanes, una de las bandas más emblemáticas del rock mexicano. En un concierto cargado de nostalgia, energía y comunión con el público tapatío, el grupo liderado por Saúl Hernández ofreció más de dos horas de música, mensajes de esperanza y una conexión profunda con sus seguidores.

La gira, iniciada a principios de año en Portland, Oregon, sigue cosechando llenos totales. En Guadalajara, la entrega fue total desde los primeros acordes de “Aquí no es así”. 

“Estamos en Guanatos, raza”, gritó Saúl ante una multitud que respondió con euforia.

“Siete mares, puedes irte a vivir donde quieras, pero donde naciste, ahí pertenece tu alma. Aquí, en Guadalajara, Jalisco”, dijo Hernández, provocando una ovación que cimbró el recinto.

Durante “Debajo de tu piel”, los visuales proyectaron tatuajes de fans con frases de la discografía de la banda, mientras que “Para que no digas” fue dedicada a quienes acamparon desde un día antes para estar al frente: “Para que no digas que no pienso en ti”, expresó el vocalista.

El concierto también tuvo momentos de reflexión. Antes de interpretar “Inés”, Hernández envió un mensaje sobre la salud mental y la prevención del suicidio:

“No tengan miedo de sentir lo que sienten, de pedir ayuda, de llorar. Lo más importante es fortalecer vínculos con tus amigos, familia, maestros. Las drogas no son el camino.” Con el tema “Inés”, el público encendió las luces de sus celulares en un momento de fortaleza y esperanza:

“Eres la luz y la esperanza”, dijo Saúl

Para continuar con “Nada”, “Y caíste” y “Elefante”. A mitad de “Elefante”, Hernández invitó a imaginar un mundo sin representación, sin divisiones, mientras el público coreaba cada palabra. La energía subió con “Mátenme”, “Nubes” y “Viento”, donde la audiencia coreó al unísono.

El clímax llegó con “No dejes que”, momento donde invitó a dos fans que acamparon para conseguir sus boletos. Abraham Solis y su mejor amigo cantaron este éxito con su grupo favorito. 

El público tapatío pedía más, con una insistencia total de todo el Auditorio, caifanes regreso a darles más.

En el encore, “Alcohol” desató una catarsis colectiva, acompañada por el saxofón de Diego Herrera y la guitarra de Hernández, en una versión a capela y profundamente emotiva.

El cierre, dándole un homenaje al divo de Juárez, Juan Gabriel, a la Maldita Vecindad y tocando la “Negra Tomasa”, fue una celebración total. Antes de despedirse, Saúl Hernández pidió apoyar a los grupos locales e independientes, subrayando que la música vive en cada rincón del país.

“Es simple el amor que tenemos mutuo”, dijo Saúl al final, sellando una noche que recordó por qué Caifanes sigue siendo una banda esencial en la historia del rock en español.

GR