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Los López amparándose
Porque nos la quitaron
Para el cronista mexicano Emiliano Ruiz Parra realizar un juicio, al estilo de los de Nuremberg contra los nazis, es la mejor manera de hacer justicia a las víctimas de crímenes sexuales por parte de sacerdotes.
“Lo que ha pedido José Barba, abusado por el padre Marcial Maciel, es un juicio como el de Nuremberg a la legión de Cristo. La idea es abrir los archivos, transparentar los testimonios. Sería un acto de justicia con las víctimas, además de la reparación a la que tienen derecho”, aseguró hoy a Efe el escritor.
Ruiz Parra fue uno de los investigadores, asesor de guion y entrevistado como estudioso del tema de la pederastia, en la serie Marcial Maciel: El lobo de Dios, que proyectará HBO a partir de este jueves.
La puesta de cuatro capítulos, de unos 45 minutos cada uno, denuncia las aberraciones del religioso mexicano, abusador de por lo menos 60 niños, apadrinado por el papa Juan Pablo II y por varios de los hombres más poderosos de México.
“El principal protector de Maciel fue Juan Pablo II, pero Maciel casó al empresario (Carlos) Slim con Soumaya Domit, celebró la misa fúnebre de Emilio El Tigre Azcárraga. El hijo de Lorenzo Servitje, el fundador del grupo Bimbo, se fue de legionario de Cristo, recuerda el periodista.
Ruiz Parra cree que Marcial Maciel fue tan embaucador y tuvo relaciones tan estrechas con el Vaticano, que, si no hubiera sido porque unos valientes lo denunciaron, la Iglesia lo hubiera canonizado.
“En la serie, que no tiene ficción, hablan tres sobrevivientes de los abusos, Juan Vaca, Alejandro Espinosa y José Barba, éste último un personaje clave en las denuncias, a quien Maciel reclutó a los nueve años. Sin José Barba, el cura Marcial Maciel hoy sería santo de la Iglesia”, asegura el escritor.
Es Barba quien pide un juicio como el realizado a los criminales del fascismo, idea con la cual se solidariza Emiliano.
“Hay que saber qué pasó, cuáles fueron los mecanismos del encubrimiento que permitieron y permiten que siga habiendo estos abusadores. Pero la iglesia no está dispuesta a eso; prefiere sostenerse en su coraza, antes de airear, de abrir, de oxigenar”.
Un juicio dejaría en claro que, aunque muerto su líder, en los legionarios siguen los casos de pederastia. Ahora mismo hay dos religiosos en proceso, uno en la cárcel en México, Antonio Cabrera; otro en España, Marcelino de Andrés.
Si bien existen libros, artículos y testimonios hasta de los propios legionarios que confirman los desmanes del cura mexicano, Marcial Maciel: El lobo de Dios será una especie de puntapié al mito del violador en serie.
El escritor aseguró que la clave para que Maciel lograra tanto poder y burlara la ley fue que nunca estuvo solo.
“Él entendió las lógicas del régimen del PRI (Partido Revolucionario Institucional) del siglo 20. Se llevó bien con las élites, se llevó bien con el presidente Miguel Alemán; en alianzas con políticos millonarios e inversionistas, Maciel encontró su nicho y les aprendió a las mañas. Fue uno de ellos, aunque con sotana”, opina el cronista.
Marcial Maciel, consumidor de drogas, farsante que se hacía pasar por agente de la CIA, plagiario de por lo menos un libro, construyó una imagen de Mesías intocable, a la que también acuden hoy políticos, sin importar su ideología.
“Nos acostumbramos al abuso, y vamos perdiendo capacidad de indignación y de reacción. De repente empiezan quitando programas culturales y terminan quitando el poder judicial. Todos buscan su propia sacralización, aseguran ser mejores que los demás”, asegura.
El cronista mexicano cree que, si no hubiera sido porque unos valientes lo denunciaron, la Iglesia hubiera canonizado al sacerdote. (Foto: Especial)
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