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Patrimonio, en peligro por las remodelaciones 

EN OBRAS. La intervención en Plaza Liberación ya comenzó.  (Foto: Michelle Vázquez)

Las recientes intervenciones en espacios públicos de Guadalajara, como la Plaza Liberación y la Plaza de la República, han generado preocupación por la falta de criterios técnicos, diagnósticos adecuados y sensibilidad hacia el valor histórico de la arquitectura moderna. David Lozano, arquitecto y maestrante en Ciencias de la Arquitectura, expuso las implicaciones de estas intervenciones a través del proyecto MomoGDL, cuyo objetivo es la documentación y conservación de la arquitectura moderna local

Por ejemplo, la Plaza Liberación tiene una remodelación que el arquitecto David Lozano criticó por priorizar el embellecimiento sobre la historia y la función social del espacio. 

Con la renovación, señaló, se busca atraer a un público más exigente, sin reconocer que la plaza ha sido un punto de encuentro para todos los sectores. Este tipo de intervenciones, añadió, suele generar gentrificación y turistificación, desplazando a grupos vulnerables. 

En cuanto a la remodelación de la Plaza de la República, ubicada en avenida México y cuya intervención está próxima a comenzar y cuenta con un presupuesto de al menos 130 millones de pesos (mdp). Lozano consideró que este espacio no requiere una renovación integral, sino únicamente reparaciones puntuales, ya que conserva gran parte de su estructura original en buenas condiciones. Sustituirla por materiales "similares", como está proyectado en los diseños digitales de la obra, significaría la pérdida irreversible de elementos arquitectónicos únicos.

Lo mismo ocurre con las bancas y jardineras de cantera gris, presentes en toda la plaza y los jardines aledaños. Aunque algunas presentan deterioro, Lozano sostuvo que es posible restaurarlas con procesos de consolidación y tratamiento especializado, como ya se ha hecho en el palacio de gobierno del estado; sin embargo, están siendo sustituidas por modelos genéricos que podrían estar “en Guadalajara o en Japón”, sin relación con el contexto urbano inmediato.

Más allá del plano arquitectónico, Lozano expuso que estas remodelaciones tienen consecuencias sociales, particularmente en términos de gentrificación. Espacios públicos pensados originalmente para el disfrute común se transforman en áreas estéticamente “limpias” para atraer inversión inmobiliaria y un público de mayor poder adquisitivo, lo que expulsa a sectores vulnerables.

Finalmente, el arquitecto reiteró que el problema no es intervenir los espacios públicos, sino hacerlo sin cuidado, sin conocimiento y sin respeto por lo que ya existe. “Lo que se necesita no son remodelaciones, sino restauraciones. Mantener lo que está bien y reparar lo que no. No todo debe verse nuevo para ser funcional o valioso”, concluyó.

jl/I