INICIO > PAÍS
A-  | A  | A+

México no vive una gentrificación, sino una crisis de vivienda: Enrique de la Madrid

(Foto: Cuartoscuro)

La llamada gentrificación, comúnmente entendida como el desplazamiento de vecinos por personas con mayor poder adquisitivo en zonas urbanas, no es el problema principal en la Ciudad de México. Según el analista político Enrique de la Madrid, lo que realmente enfrentamos es una crisis de vivienda.

Barrios como la Condesa y la Roma no son zonas marginales ni abandonadas; su renovación forma parte del desarrollo natural de la ciudad. La verdadera falla está en la falta de oferta de vivienda, especialmente de interés social, debido a políticas públicas restrictivas que han frenado la construcción.

En la capital, la producción de vivienda social ha caído hasta un 70%, lo que ha generado escasez y encarecimiento, afectando directamente a quienes buscan un hogar digno. Temas como los Airbnb o la llegada de nómadas digitales representan una porción mínima y no son la causa del problema.

 

Guillermo Ortega Ruiz: Hoy hablamos de un término que ha ganado fuerza en los últimos años: la gentrificación. ¿Estamos viendo eso realmente en la Ciudad de México?

Enrique de la Madrid: Lo que estamos viendo no es gentrificación en el sentido estricto. Es una crisis de vivienda. La gentrificación, como se ha entendido históricamente, ocurre en zonas deterioradas, de bajos ingresos, que se renuevan y desplazan a sus habitantes originales. Pero la Roma o la Condesa nunca fueron barrios marginales. Son zonas tradicionales de clase media que se han ido renovando como parte de la dinámica natural de una ciudad viva.

 

Entonces, ¿por qué se ha polarizado tanto este debate?

R: Porque se está manipulando políticamente. No estamos hablando de extranjeros desplazando a mexicanos. Lo que realmente está pasando es que tenemos una muy mala política pública de vivienda. En México hay un rezago anual de casi 100 mil viviendas, y las restricciones impuestas por gobiernos locales y federales han frenado la construcción, especialmente la vivienda de interés social. Tan solo en la Ciudad de México, la producción de este tipo de vivienda cayó un 70% en los últimos años.

(Foto: Cuartoscuro)

Muchos señalan a los nómadas digitales y a Airbnb como parte del problema. ¿Qué tan real es ese impacto?

R: Es un distractor. En la Ciudad de México hay alrededor de 2.7 millones de viviendas en renta, y solo unas 20 mil están en plataformas como Airbnb. Eso representa apenas el 0.74%. No es un número que realmente esté moviendo el mercado. Lo que lo mueve es la escasez de vivienda accesible para los distintos niveles socioeconómicos.

 

¿Entonces por qué se ha generado esta narrativa de enfrentamiento entre extranjeros y mexicanos?

R: Porque es un fenómeno político. Se ha creado una narrativa para polarizar, para confrontar. Curiosamente, las manifestaciones solo se dan en alcaldías que no gobierna Morena, como Cuauhtémoc o Benito Juárez. No las vemos en Iztapalapa o en Azcapotzalco, donde verdaderamente hay déficit de vivienda. Eso hace pensar que este movimiento está siendo dirigido con fines más ideológicos que sociales.

 

¿Y cuál sería una solución viable a esta crisis?

R: Las ciudades deben densificarse. No podemos seguir creciendo hacia los cerros o las zonas ecológicas. Necesitamos edificios de seis o siete pisos en zonas con infraestructura ya existente. Además, hay que discutir nuevamente los subsidios a la vivienda. Antes existían apoyos del 20% al 30% del valor del inmueble, lo cual hacía viable un crédito hipotecario. Cancelar esos subsidios por miedo a la corrupción fue un error.

 

Finalmente, ¿qué peligro hay si no se cambia el enfoque del debate?

R: Que desviemos el reclamo legítimo por una vivienda digna. En lugar de enfocar la presión en políticas públicas eficaces y en zonas que realmente lo necesitan, se ha optado por protestar en colonias que no representan a los verdaderos afectados. Así, el problema real queda sin atender.

 

GR