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Se necesitan recursos para la salud mental

La Organización Mundial de la Salud (OMS), con datos de 2021, acaba de publicar los informes La salud mental hoy y Atlas de la Salud Mental 2024 en los que reporta que más de mil millones de personas, cifra récord, experimentan un problema de salud mental en todo el mundo, principalmente de ansiedad y depresión; que la mayoría de ese 14 por ciento de la población mundial que sufre un problema en su salud mental vive en países de ingresos bajos y medios, y que las mujeres son más afectadas (581.5 millones frente a 513.9 millones de hombres).

Ya previamente, en este año, la misma OMS calificó a la soledad no deseada como una crisis global, señalando que afecta a una de cada seis personas en el mundo y está relacionada con 871 mil muertes anuales, equiparándola a los riesgos de fumar o la inactividad física.

Y si recordamos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que en el año 2023 en México se presentaron 9 mil 72 suicidios, la cifra más alta desde que se lleva la estadística del suicidio, y que el mismo Inegi en un reporte sobre la mortandad en México adelantó que para el año 2024 el número de suicidios se mantuvo arriba de los 9 mil casos (en los próximos días, en el marco del Día Internacional de Prevención del Suicidio, presentará la estadística especifica del suicidio en México en 2024), podemos concluir que a nivel mundial y a nivel nacional vivimos una crisis de la salud mental.

Por ello la OMS ha urgido a los gobiernos de los diversos países a tomar medidas que ayuden a proteger y promover la salud mental de la población. Ya previamente les había exhortado a destinar cuando menos el 5 por ciento del gasto en salud a los servicios de salud mental.

Estas situaciones se presentan en el contexto en donde los gobiernos federal, estatales y municipales están integrando sus proyectos de presupuestos de ingresos y egresos para el año 2026 y que, en consecuencia, la Cámara de Diputadas y Diputados y los congresos estatales los discutirán y aprobaran, en su caso.

Si las y los funcionarios, y legisladores y legisladoras son consecuentes con el compromiso de velar por la salud mental de las y los mexicanos, deberán proponer y aprobar un presupuesto histórico para los servicios de salud mental y deberán romper la tradición de asignar raquíticos recursos para dichos servicios de salud mental.

¡Porque la salud mental también es nuestro derecho!

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